lunes, 27 de abril de 2009

Reflexiones en la escalera

Era un día como cualquier otro. Nada particular. Sin embargo algo, sin saber muy bien qué, me hizo conciente de las piernas. Mi “mirada” se detuvo en ellas. Estaban subiendo y bajando escaleras. Sólo eso. Una especie de asombro fue saliendo sin saber muy bien de dónde. No estaba haciendo nada, aunque sí: subiendo y bajando escaleras. Varias escaleras para colmo y aunque la variedad pudiera parecer una buena alternativa no dejaba de ser lo mismo: bajar y subir escaleras.

Ya no era un día como cualquier otro. Me vi. Era el resultado de la inutilidad o de pensar en lo nulo y fútil de la acción repetitiva. El calor predominaba y calcinaba los movimientos; las piernas húmedas seguían su batalla particular de escalar y yo me dejaba llevar en ese adormecimiento que produce el no parar, el seguir sea lo que sea.

Pero me detuve; me encontré en un escalón, miré hacia arriba y hacia abajo y sabía que debía tomar una decisión: dejarme ir hasta el escalón descendente o ascendente. Porque en definitiva no era más que ir trepando uno a uno por ellos, el destino estaría más alto o más bajo. ¿Y cómo averiguar lo que era lo alto o lo bajo? Si ascendiendo y descendiendo nunca me di cuenta de la diferencia, tan ensimismada en subir y bajar, nada más.

Se hizo de noche y la luna se dibujó en la ventana.

6 comentarios:

  1. De repente el destino se desnuda en cualquier lugar y deja ver sus colores de río nadando hacia ningún lado. Conozco una escalera que si subes tienes un sótano, y si bajas, ah! si bajas está el cielo entero, tan entero que da vértigo. Cuando conocí esa escalera, no me atreví a volar, y me quedé para siempre en el sótano de arriba.

    Dime Camilie: ¿Qué te dijo la luna en la ventana?.

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  2. la vida es una escalera, que a veces nos toca subir y otras veces debemos decidir bajar, es importante saber cuando se debe realizar. nos leemos

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  3. Algunas veces, querida Camill, no es cuestión de si se sube o se baja, más bien de la realidad de la que nos hacemos conscientes en cada momento.
    La fuerza que nos empuja en cada una de esas actuaciones.
    Encontrar la felicidad arriba o abajo, pero buscando siempre.
    La luna se dibujó para contemplar:)
    No te digo lo que me gusta, leerte es tan agradable!!
    Un beso muy fuerte, Camill.

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  4. Y qué difícil resulta tomar la decisión... porque, al fin y al cabo, subir, bajar ¿qué tienen de diferente?
    Son sólo pasos, un paso tras otro que no sabemos a dónde nos llevan.

    Un beso grande.

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  5. Camilie, gracias por tu felicitación. Vengo en un huequito de espera a la llagada de familiares.
    Un beso muy fuerte!!!

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  6. Druida, si no es posible que hagas alas, pídelas, porque un sótano no es lugar para hacer la vida. Es para llenarlo de cosas o transitorio como las semillas que brotan despacio en esa oscuridad pero luego necesitan tierra...
    La luna me dijo que te dijera y te lo digo...


    Jorge, y si le damos vuelta a ese pensamiento y lo dejamos como si fuera una oruga...


    Como siempre Lucía me enriqueces con tus reflexiones, las sumo y sale la felicidad.
    Y no se te ocurra darme las gracias por eso, son cosas que salen del corazón, solas, porque deseas estar cerca de personas que quieres sin tener en cuenta el medio en que se desarrolle la amistad o cómo lo hace ésta. Es.
    Un beso muy fuerte

    Al final se llega a eso Moony, tienes razón; total qué más da subir o bajar. Además no se se hace siempre lo mismo.
    Un beso grande

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Estamos juntos

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