martes, 18 de mayo de 2010

Miedo

Necesitaba confesarlo. Tengo miedo. Quiero ser valiente y hasta puedo proponérmelo. A veces la audacia me traiciona. Me sorprende. Y hasta tú te convences que el coraje es una condición innata.

Cuando sonríes mirando mi figura que es la que más me delata. (Frágil señala.) Y exclamas: “mira que eres audaz...”

Soy de mirar celeste y las lágrimas enrojecen los ojos. Pero si estás cerca no queda de mí sino tul vidrioso. Cuerpo que se deja deslizar hasta el abismo. El piélago que crean esas dos manos deseadas. Y el miedo se deja simplemente desvanecer. Allí. Donde el único sonido es respirar.

3 comentarios:

  1. Lo cierto es que me has dejado sin palabras. Sólo puedo sumergirme en la belleza de ese miedo.
    Demasiadas veces vencemos el miedo disfrazándolo de audacia.

    Y demasiado tiempo sin leerte.

    Un beso enorme.

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  2. La teoría dice que no merece la pena tener miedo. Y Einstein decía que si los hechos no encajan en la teoría, cambiáramos los hechos...

    ...y sin embargo, me he reconocido en tus palabras Mucho más ahora mismo que nunca Será aquello de que la teoría y la realidad no suelen tener mucho que ver...

    Un abrazo y una sonrisa...y recuerdos desde el Norte,

    Un niño cualquiera.

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  3. Sí querida Moony, no es posible obviar el miedo. Casi siempre la lucha es más con él que contra los acontecimientos.
    Un enorme beso para ti también.

    Gracias ¿Niño? ¿Cualquiera? Pues no lo parece para nada. :)
    Gracias otra vez por ese pensamiento de Einstein que ya vemos que no se trata de simples palabras sino de una actitud más cotidiana de lo que parece.


    Puede que no tenga que ver porque nos empecinamos en oscurecer los actos de los cuales no tenemos dominio. Es lógico que sintamos ese cosquilleo ante lo siempre desconocido.

    Gracias por tus palabras y un abrazo con sonrisa compartida de un Norte a otro Norte.

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Estamos juntos

Quiero estar aquí Donde estamos No pido hoy nada más